Este articulo de prensa aparecido en el correo de Vizcaya el 13-03-2009, pone patente la colaboracion que los escoltas recibimos de los policias locales de forma habitual, aunque como siempre no se puede generalizar.
Según se recoge en la ordenanza de Bilbao, aunque no sea habitual, la Policía Municipal puede sancionar, a requerimiento de un vigilante de la OTA, a un vehículo que no tenga el tique de aparcamiento regulado. Lo que parece más cuestionable es que la grúa retire el coche infractor, que, en principio, estaría estacionado de forma adecuada y sin molestar a nadie.
Es lo que les ocurrió a dos escoltas de una empresa de seguridad privada y a su protegida ayer, alrededor de las doce del mediodía, en la calle Alameda de Urquijo de la capital vizcaína. Según explica uno de los guardaespaldas, «ninguno de los tres teníamos monedas, así que vimos al vigilante de la OTA, nos identificamos y le explicamos que sólo íbamos a estar un cuarto de hora. Nos dijo: 'No os preocupéis'».
Los dos empleados de seguridad dejaron estacionado el 'Toyota Auris' dentro de las líneas azules, frente al número 59 de Urquijo, acompañaron a su protegida hasta su destino y, cuando regresaron, «veinte minutos después, el coche ya no estaba. Al principio nos asustamos porque llegamos a pensar que nos lo habían robado».
Tras hacer unas comprobaciones por teléfono, averiguaron que «¡se lo había llevado la grúa!». Indignados, dejaron a su VIP, como se conoce en el argot a la persona amenazada, en un hotel cercano y acudieron al depósito de vehículos de Zorrozaurre.
94 euros
Una vez allí, descubrieron que en el parabrisas había un boletín de denuncia de la Policía Municipal de Bilbao, donde se leía «por estacionar sin tique de OTA en zona azul. Grúa». La denuncia había sido impuesta a las 12.15 horas. Después supieron que el agente municipal había hablado con el vigilante de la OTA y que éste le había advertido de que «era un coche de protección», pero el policía alegó que «se remitía a la ordenanza».
«Llevo catorce años trabajando en esto y nunca me ha pasado algo así; es una cabronada, llevarse un coche que estaba bien aparcado, no molestaba a nadie, ¡por treinta céntimos! Estas multas las pagamos nosotros de nuestro bolsillo, la empresa no se hace cargo», se queja uno de los escoltas, que hoy mismo tiene pensando interponer una denuncia «por abuso de autoridad» en el juzgado de guardia.
Los guardaespaldas pagaron 94 euros y pudieron llevarse el vehículo, aunque a partir de ahora tendrán que hacer frente también a la sanción económica que conlleve la multa. Llegaron incluso a hablar con amigos que son policías municipales y les confesaron su sorpresa por el caso.
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