Las fuerzas de seguridad advierten de que el riesgo de escisión en ETA

ETA decretó el pasado 20 de octubre el final de sus acciones armadas pero las Fuerzas de Seguridad del Estado continúan su labor antiterrorista, puesto que la banda ni se ha disuelto ni ha entregado sus armas. El férreo control de todo lo que sucede en las cárceles y los avances tecnológicos que manejan las distintas policías permiten conocer con detalle qué se cuece ahora dentro de la organización armada. Y las noticias que manejan las FSE son preocupantes. Datos que ponen en entredicho los planes de futuro de parte de ETA y su denominado "entorno". Según las evidencias recabadas por expertos en la lucha antiterrorista, un grupúsculo de activistas pertenecientes al sector duro de la organización armada, disconforme con la decisión que la cúpula de la banda anunció el pasado 20 de octubre y que puso fin a décadas de violencia, podría protagonizar una escisión en el seno de ETA. No comparte el cese definitivo de la violencia y los servicios de inteligencia y las Fuerzas de Seguridad española manejan la tesis de que el riesgo de fractura en la banda es "muy grande". Los servicios de inteligencia aseguran que ahora no hay movimiento alguno en el conjunto de la izquierda abertzale para no perjudicar a la parte política del MLNV, pero en los datos que han recabado destacan que después de las elecciones generales celebrarán una asamblea en la que pueden mover ficha. Según las FSE, una minoría está por tomar de nuevo las armas, las mismas que aún no han entregado. Así, una minoría del entramado abertzale intentará revolver la situación y las tres toneladas de explosivos que la Policía calcula que todavía mantiene intactas la organización armada en sus polvorines pueden ser un argumento "incontestable". Entre los que apoyarían la escisión, según indica la inteligencia española en sus informes, estarían los "cachorros" de la organización juvenil ilegalizada Segi, plataforma de promoción en los últimos años de los miembros de la organización armada que pasaron a la clandestinidad. Según sostienen las mismas fuentes, los huidos en el extranjero también estarían a favor de retomar la violencia desobedeciendo así las órdenes que les han llegado desde la dirección de ETA. Las Fuerzas de Seguridad también han dado cuenta de la grabación de declaraciones de detenidos por su presunta relación con la banda en las que se reniega de la negociación con el Gobierno español y se apuesta por la lucha. El grado de seguimiento que mantienen en las cárceles a los presos de ETA es total, algo que también se traslada al exterior. Y ponen como ejemplo que varias personas que están siendo sometidas a seguimiento no ocultan, tanto en llamadas telefónicas como públicamente, su intención de seguir militando en la organización armada. Como dato, apuntar que en varios municipios vascos se ha empezado a experimentar en el espacio público una proliferación de pintadas a favor de ETA, hechos sobre los que PSE y la izquierda abertzale han pasado de puntillas, conscientes de que cualquier duda sobre el histórico anuncio de la banda de hace veinte días puede echar al traste muchos votos. Como dato relevante, cabe destacar los últimos pasos del Comisario General de Información, que, en varias reuniones que convocó hace unos días en cada uno de los territorios de Euskadi, aseguró a los agentes implicados en la lucha contra ETA que hay que alejarse de la euforia que "nos vendieron" en los medios de comunicación y que después del 20 de noviembre se verán las verdaderas intenciones de la banda. Las FSE mantienen que, mientras la banda no anuncie su disolución (algo que algunos prevén en 2013, coincidiendo con las elecciones autonómicas), siempre les quedará el "pues nos enfadamos y matamos". Todo esto unido a que es muy fácil atentar, "se antoja muy difícil que se acabe y más si no se es exigente con la izquierda abertzale", apuntan. "soldados perdidos" La hipótesis de una posible escisión de ETA también la maneja el Gobierno francés, algo que verbalizó la semana pasada el ministro del Interior galo en la reunión que mantuvo con su homólogo español, Antonio Camacho, para analizar el nuevo tiempo abierto tras el comunicado del pasado 20 de octubre, cita a la que también acudieron mandos de los servicios secretos franceses. Claude Guéant no ocultó en su comparecencia ante los medios de comunicación que en la organización armada puede haber un pequeño grupúsculo dispuesto a continuar con las armas. "Como ha sucedido en otros finales de conflictos terroristas, puede que sigan por ahí soldados perdidos de una causa que está ya perdida", indicó el titular galo del Interior, tras remarcar que aún hay armas de circulación en suelo francés. De producirse una continuidad de la lucha armada a cargo del sector más reaccionario de la organización armada, no cabe duda de que supondría un verdadero jarro de agua fría para el nuevo tiempo político que se ha abierto en Euskadi. Y, aunque el Grupo Internacional de Contacto, con el mediador sudafricano Brian Currin a la cabeza, descartó una escisión, horas después del comunicado en el que ETA declaró el cese definitivo de la actividad armada, el exprimer ministro irlandés, Bertie Ahern -implicado activamente en el proceso de paz vasco-, ya apuntaba esta posibilidad el pasado mes de abril. En una entrevista en El País, Ahern aseguraba que tal extremo era probable. "Una escisión de ETA es inevitable, siempre hay quien sigue en la violencia", titulaba el diario del Grupo Prisa. Aunque el exdirigente irlandés se expresó así hace medio año (tiempo en el que se han precipitado los acontecimientos), Bertie Ahern conoce de primera mano el peligro de las escisiones, ya que, tras el abandono de las armas por parte del IRA, todavía hay pequeños grupúsculos armados que continúan con la violencia de manera residual.