jueves, 5 de noviembre de 2009

Como entender a una mujer maltratada


Bajo mi punto de vista antes de pasar a proteger mujeres victimas de maltrato de genero, deberiamos entenderlas, por eso extraigo este articulo de la pagina web

http://www.reddeapoyo.netfirms.com/comoayudar.htm


¿Cómo ayudar a una mujer maltratada?

Factores que pueden indicar que una mujer está en una relación de abuso:
No participa en actividades sociales o renuncia a ellas después de haber sido una participante activa.
Inventa excusas para no ir a reuniones.
No tiene amigos íntimos propios.
Pocas veces invita a personas a su casa. Se muestra nerviosa o distraída cuando hay visitas y su pareja está presente.
No se muestra espontánea en un grupo.
No acepta una invitación o una responsabilidad sin consultarlo con su pareja. Si acepta, llega tarde, se va de repente sin ninguna explicación o realiza llamadas telefónicas frecuentes.
Pocas veces tiene dinero en efectivo, “olvida” su chequera.
Utiliza un maquillaje fuerte o anteojos oscuros aunque no los necesite.
Su ropero incluye bufandas, camisas de cuello alto y manga larga.
Tiene muchos “accidentes”.
Si la mujer trabaja, él la va a traer y a dejar. Tiene muchas ausencias y quejas físicas.
Responder al llamado de emergencia

Es muy importante responder a los llamados de ayuda que las mujeres maltratadas hacen en caso de emergencia. El apoyo que se le brinda es determinante, aún cuando la experiencia demuestra que las decisiones que ellas toman en ese momento, son pocas veces son las definitivas. Rechazar ese llamado de emergencia significa desalentar a la mujer para que le ponga fin a la violencia y le da fuerza al argumento del hombre cuando le dice: “A nadie le importa lo que te pasa, nadie va a ayudarte”.
Es primordial brindarle seguridad a la víctima y a sus hijos pues, sin esto, la mujer no puede visualizar ninguna acción para su bienestar.

Escuchar y creer

Muchas mujeres víctimas de violencia conyugal guardan silencio durante años debido a que tienen miedo de que no les crean o no las entiendan. Es por esto que, aunque muchas veces sea difícil, es necesario escuchar y creer en la mujer cuando describe la violencia de la cual es víctima.
Es necesario respetar la descripción que la mujer hace de los hechos. No se debe temer que el dolor se reavive cuando la mujer hable del abuso pues éste existe de todas formas. El hablar permite disminuir la tensión emocional y el pánico que la mujer siente.

Minimizar el sentimiento de culpa

Muchas mujeres se sienten responsables de la violencia de la cual son víctimas. Es importante recalcar que la persona que arremete es la única responsable de la violencia. La persona que escucha a la mujer debe posicionarse claramente en contra de los actos de violencia, sin juzgar moralmente al agresor o a la víctima.
La violencia debe ser condenada, nombrada con los términos correctos y denunciada como un hecho castigado por la ley. De esta manera, la violencia accede a una dimensión pública y colectiva. Esto permite disminuir los sentimientos de culpabilidad y de aislamiento de la víctima, ya que reubica su historia individual dentro del contexto social. La víctima se siente entonces apoyada y reconfortada. La mujer siente que puede confiar en la persona que la escucha al darse cuenta que es comprendida, respetada y no juzgada.
Proveer los medios

Las mujeres víctimas de violencia viven bajo el dominio de su cónyuge. Salir de la violencia significa para ellas retomar el control de sus vidas. Para esto, deben aprender de nuevo a utilizar sus capacidades y a estar convencidas de su valor y de sus cualidades. El rol de las personas que las ayudan debe ser:

Poner a su disposición los elementos de información y de reflexión necesarios.
Discutir con ellas las alternativas que tienen y las consecuencias de las mismas.
Incentivarlas para que tomen sus propias decisiones.
Apoyarlas en cualquier decisión que tomen.
Reafirmar el derecho al fracaso y asegurarles la continuidad del apoyo.
Comprender la ruptura por etapas

Muchas mujeres víctimas de violencia conyugal, oscilan entre rupturas y reconciliaciones con su pareja antes de la separación final. Este proceso no ocurre en vano, sino que ayuda a la mujer a ir despidiéndose, poco a poco, de los sueños, las expectativas, los miedos y las ataduras que la mantienen unida a su pareja. La separación temporal le brinda a la mujer la ocasión para probar los siguientes elementos:

La voluntad de su pareja para adoptar un comportamiento no violento con el objeto de preservar la relación.
Su capacidad para poder ser independiente, para vivir y organizarse sola. Los recursos físicos, psicológicos, interpersonales y espirituales que posee y los que puede desarrollar.
Aunque la ruptura por etapas es algo frecuente, por lo general, es mal comprendido por las personas del exterior. Las mujeres son señaladas de no saber lo que quieren, son etiquetadas como locas o tontas, o son acusadas de que les gusta que las maltraten. Muchas veces, las personas que les brindan ayuda tienen la impresión de que sus esfuerzos fueron en vano o que la mujer está jugando con ellos.

Para poder ayudar a una mujer maltratada, es necesario comprender la ruptura por etapas como un proceso y no como un fracaso. Cada ruptura-reconciliación constituye un avance y no un retroceso. Sin embargo, para lograr esto, la mujer necesita poder contar con el apoyo social tanto en las rupturas como en las reconciliaciones. Cuando una mujer decide regresar con su pareja, es necesario ayudarla a analizar su decisión: cuáles son sus motivaciones, sus esperanzas, sus miedos; qué puede hacer en caso de reiteración de la violencia, cómo puede protegerse, etc. Si la mujer tiene la seguridad de contar con el apoyo externo, su capacidad de protección y de decisión estará más reforzada cuando vuelva a ocurrir una crisis de violencia.

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