lunes, 18 de enero de 2010
EL SECUESTRO DE PERSONAS
Como todos sabemos, con la inmigracion, estamos empezando a sufrir delitos importados de otros paises, (No quiero decir que todos los inmigrantes sean delincuentes), asi podemos poner como ejemplo las bandas latinas, las maras, etc..
Pues bien una de estas modalidades afecta directamente a los escoltas, los sacuestros, por lo que publico un articulo de mi amigo Roberto A. Gigli, escolta argentino. La documentacion es sobre este problema en su pais, pero nos valdra de referencia de lo que nos podemos llegar a encontrar, y sobre todo como se actuan los delincuentes, para aprender como actuar nosotros.
EL SECUESTRO EN EL MUNDO
Desde que se tiene conocimiento las técnicas de secuestro en el mundo han variado muy poco, la fase principal se basa en lo que denominamos vulgarmente: “cruce y levante” de la víctima.
Se puede marcar una diferencia entre el secuestro cometido con fines políticos y el hecho realizado por delincuentes comunes, con el objetivo de cobrar un rescate.
La característica común pareciera ser la irracionalidad.
La diferencia entre estos dos tipos del mismo delito es que los secuestros políticos son siempre planificados y ejecutados con una mayor “profesionalidad”, notándose la prolijidad, la cantidad y calidad de los medios empleados por los autores. Mientras que en los secuestros extorsivos comunes, (y mucho más en los denominados “express o al voleo”), la improvisación, la carencia de infraestructura y logística, y la precariedad de algunos medios empleados, son características habituales.
En los casos de Secuestro Express estudiados por las autoridades policiales argentinas se vislumbra que a la mayoría de los delincuentes no les interesa hacer daño físico a sus víctimas. No quieren mayores complicaciones, sólo buscan obtener dinero en efectivo de una manera rápida y segura para ellos.
EL SECUESTRO EN ARGENTINA
Esta modalidad del delito había aumentado geométricamente en Argentina.
En dos años, los secuestros aumentaron casi el 600%. En 2001 hubo 46 casos en la provincia; en 2003, 306. En enero, febrero y marzo, el índice delictivo suele bajar. Sin embargo, si se comparan los primeros trimestres de 2001, 2002, 2003 y 2004, podrá notarse un incremento en este tipo de delitos: en el primer año, hubo en esos meses 10 secuestros; en el mismo período del siguiente, 12; en el de 2003, 54, y en el primer trimestre del 2004, el número trepó a 65.
Algunos de los motivos por los cuales se había producido este aumento de los secuestros extorsivos, son variados. Ellos van desde: la falta de penas ejemplificadoras; al tono “garantista” hacia los delincuentes de algunos fallos de los Jueces; La falta de dinero en efectivo a causa del “corralito” y de los cajeros automáticos que, cuando tenían dinero permitían, que se extrajera nada mas que $ 1.000,00 por semana (menos de U$S 350,00). Además la carencia de resolución en la detención de los autores de la mayoría de los secuestros express, conforman un caldo de cultivo para que actué casi impunemente, esta delincuencia compuesta mayoritariamente por jóvenes, de 15 a 30 años, adictos o consumidores de drogas que, además, ven facilitado su accionar por la escasa presencia policial en las calles y por la inexistencia de proyectos para contener a la población desocupada, debido a que la dirigencia política esta más preocupada por las próximas elecciones que por elaborar planes para combatir la inseguridad urbana.
La excepción a esta regla, referida a los funcionarios políticos, esta dada por la Procuración General de Justicia de la Provincia de Buenos Aires que previó el recrudecimiento de ese tipo de delitos -y no se equivocó-, por lo que propició la formación de funcionarios judiciales, policiales y penitenciarios en el manejo de las crisis con rehenes. En los cursos impartidos se recalca la importancia de ampliar el equipo negociador con psicólogos, encargados de prensa, especialistas en comunicaciones e inteligencia y otros asistentes que puedan trabajar con la familia de los capturados y de los victimarios.
Hacia finales del 2004, los hechos de secuestros bajaron de manera radical, gracias a que a las fuerzas policiales se les dio el apoyo político necesario para actuar, tanto en la prevención, como en la resolución de este tipo de delitos.
Por supuesto que la delincuencia se “recicla” o migra hacia otros delitos, tal es así que han recrudecido los robos a domicilios, los robos express a bancos, y han vuelto a ser asaltados los transportes de caudales. Además se incrementaron los denominados “secuestros virtuales”, normalmente cometidos por delincuentes que están detenidos, en los diferentes penales del País.
Considero que la situación actual de inseguridad se mantendrá por mucho tiempo, e incluso empeorará, porque aparte de las falencias policiales y judiciales, se ha perdido un tiempo precioso e invalorable en educación. A ello se le agrega la crisis económica que, según las últimas estadísticas, ha causado que un 53% de la población sea considerada pobre, y un 27% esté bajo la línea de la marginalidad. Además el 40% de los jóvenes de 17 años no trabaja ni estudia.
Y como si esto fuera poco, en Argentina existe un factor que potencia, aún más, el delito, me refiero a la Impunidad. Para reafirmar lo antes expuesto, el Ministerio de Justicia y DDHH., por intermedio del Sistema Nacional de Información Criminal, expone una estadística sobre: “Delitos denunciados y esclarecidos” desde 1990 al 2003: 1.270.725, condenas: 33.083 lo que representa un 2,60%!!! Además según un informe del Instituto de Estudios Comparados en Ciencias Penales y Sociales, el 56% de las causas del fuero penal federal son por infracción a la Ley de Estupefacientes. Durante el periodo 2002/2003, del total de casos, se elevaron a juicio el 1,37% y llegaron a condena el 0,52%!!!!!
Merece destacarse que en la inmensa mayoría de los secuestros express, las víctimas han resultado ilesas. Solo se registraba el caso de un joven de apellido CANILLAS, que finalizo con la muerte del rehén, pero recientemente, una víctima de un “secuestro virtual”, que había concurrido a un lugar a pagar dicho ilícito, también resultó muerta.
¿CÓMO PREVENIR LOS SECUESTROS?
La mayoría de las medidas preventivas han sido ampliamente difundidas por los diferentes medios, incluso en Internet circulan en todos los idiomas.
Como regla general podemos recordar que todos los estudios, aún los de los países más avanzados, concuerdan en que “el modelo de rol activo de la Policía y pasivo de la Población, ha sido superado y evolucionará hacia un compromiso conjunto, traducido en el acercamiento de ambos sectores, para establecer las necesidades y prioridades que determinarán los objetivos a alcanzar”.
Con esto queremos significar que el Estado no está, ni estará en el corto y mediano plazo, en capacidad de reducir los niveles de inseguridad, y por ello la población, y sobre todo los individuos que integran los denominados “Grupos de Riesgo”, deberán comprender y asumir que la Seguridad es una Actitud Permanente y un Compromiso de Todos, que implica una modificación profunda de las pautas de comportamiento, tomando conciencia del peligro, y adoptando algunos métodos adecuados para reducir o anular el nivel de riesgo.
Para redondear este concepto, podemos afirmar que la principal medida de prevención es el estar alerta, y recordar e internalizar el precepto de que “quien está alerta no tendrá miedo, tendrá cuidado”.
Una adecuada adopción de reglas de prevención (rutinas, resguardos, protección, etc.) que se basen en medidas fundamentalmente pacíficas pueden llegar a reducir la posibilidad de ser objeto de un ilícito en cerca del 60% de su riesgo general, según un estudio de la Universidad de Belgrano, sobre la Inseguridad.
¡SI NO PUDIMOS EVITARLO!
Si pese a haber adoptado todas las medidas de prevención que son de conocimiento público, se cae víctima de un secuestro, la experiencia marca que: “el no saber que hacer produce pánico”.
Entonces partiendo de este principio y con el fin de reducir o anular el fenómeno psicológico denominado “visión y audición en túnel”, que sufre cualquier ser humano que entra en crisis, y mucho más si es una víctima de secuestro, sugerimos que primero: mantenga la calma, tenga mucha paciencia y desenvuélvase con inteligencia y tacto. Segundo: enfrascarse en la confección mental de un plano de los lugares y de la fisonomía de cada uno de los secuestradores.
Si se trata de un secuestro express, se procurará de negociar con lo que se tenga encima, o lo que se pueda reunir en el menor tiempo posible. Nunca confronte con el delincuente, y por ningún motivo, cambiar un lugar abierto (su coche) por un lugar cerrado (su oficina o domicilio particular).
En cambio si el secuestro es planificado (la diferencia se notará inmediatamente, los delincuentes estarán mas preocupados por alejarse muy rápidamente del lugar, y por el silencio que mantendrán entre ellos hasta que lleguen a un sitio que será el lugar de cautiverio) donde la víctima permanecerá cautiva por algún tiempo, además de las medidas anteriormente mencionadas, se debe tomar conciencia que lo más importante para sobrevivir es mantener muy alto nuestro nivel de autoestima. Según los profesionales que estudian las conductas, “es más fácil sentir desprecio por una personalidad debilitada, que por un ser humano vibrante y pensante”.
En el lugar de detención (“pozo o embute” en la jerga) el secuestrado
(“el chancho”) tiene que adoptar una actitud de aceptación y adaptación, tratando a posteriori, de hacer basura, que permita identificarlo, y tener presente que el tiempo juega a favor de la investigación.
Por ningún motivo intentar forzar el “Síndrome de Estocolmo”, haciéndose el simpático o comunicativo ya que este es un mecanismo psicológico involuntario e imprevisible. Con esto quiero decir que no se debe entablar vínculos con los secuestradores, su vida está en manos de ellos y corre un gravísimo peligro, hasta que finalice el ilícito.
Para los familiares del rehén, o el Comité de Crisis de las empresas a las que le han secuestrado un ejecutivo, la mejor sugerencia que les podemos hacer desde la experiencia es que, hagan la denuncia policial, ya que para las posteriores negociaciones, las autoridades cuentan con profesionales capacitados y con experiencia para resolver cualquier situación que se pueda presentar durante las mismas.
Es conveniente saber que según un informe de las compañías de seguros, el 99% de los secuestros tiene un final; de ellos el 93% finaliza con la liberación del secuestrado; el 6% con la muerte de éste y el 1% restante, simplemente no finaliza nunca.
LA LIBERACION O RECUPERACION
Si la liberación es producto del pago del rescate, o de las negociaciones, o por cualquier otro motivo, se producirá, normalmente, en una zona descampada o deshabitada, o cercana a una villa de emergencia. Lo aconsejable es tratar de reconocer el lugar para alejarse rápidamente en dirección contraria a la de los delincuentes, y tratar de ubicar un teléfono, un comercio, o dirigirse a la sede policial más próxima.
En cambio si se produce la irrupción de un Grupo Táctico policial en el lugar de cautiverio, el rehén debe saber que las fuerzas legales siempre ordenan que todos los ocupantes se arrojen al suelo, y separen las manos del cuerpo, con los dedos muy abiertos. Quién no muestra sus manos merecerá una especial atención, ya que es desde las manos, o por lo que se tiene en ellas, de donde parten las agresiones.
Por lo expuesto, es de vital importancia: mantener la calma, mostrar las manos, no gritar ni llamar la atención, y no correr ya que se podría cruzar en la línea de fuego.
Recomendamos muy especialmente, que la víctima y la familia, luego de su liberación, se someta a una terapia postraumática.
Si las vivencias ante la situación estresante no son metabolizadas de inmediato, seguramente se producirá una cronificación de ellas, traduciéndose esto en síntomas tales como angustia, irritabilidad, malhumor, insomnio.
Este camino podría conducir a un síndrome depresivo, añadiéndose a lo anterior decaimiento, tristeza, falta de apetito, ideas obsesivas de tipo catastrófico y hasta paranoicas...
CONCLUSION
Esperamos haber colaborado en algo para esta lucha, que en nuestro país se esta liberando por estos días, y nuestra intención es que los consejos y medidas, sirvan para que alguna posible víctima sepa como actuar ante un caso de secuestro.
Ojalá que esta información les ayude a los lectores para conocer algunas de las sensaciones, y de los mecanismos espontáneos que se producen como consecuencia del trauma del secuestro.
Si el resultado es la vida, nos sentiremos muy orgullosos de ser parte de ella.
Abr
Roberto Arturo Gigli
Gerente de Seguridad Empresarial
Wolf Security S. A.
Argentina
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